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Por qué el portugués es la nueva ventaja competitiva para las empresas chilenas que miran a Brasil


En 2025, el vino chileno vive un momento histórico en el mercado brasileño. Con un crecimiento de dos dígitos en volumen y un alza de hasta 10% en valor durante el primer semestre, Brasil se consolida como el principal destino de exportación para la industria vinícola chilena. Sin embargo, detrás de este éxito comercial hay un factor que muchas empresas aún subestiman: la comunicación efectiva en portugués.

copa de vino para degustar

El fortalecimiento de los vínculos económicos entre Chile y Brasil no se limita al vino. Energía, tecnología, agroindustria y servicios también encuentran en el país vecino un mercado en expansión, impulsado por la cercanía geográfica, los acuerdos del Mercosur y una clase media con mayor poder adquisitivo. Pero para consolidar relaciones comerciales duraderas, comprender la cultura, el idioma y los matices del mercado brasileño es fundamental.


Hablar portugués no se trata solo de traducir contratos o correos: es abrir puertas a la confianza, a la negociación fluida y al desarrollo de relaciones de largo plazo. En Brasil, la conexión personal y el trato cercano son pilares del éxito empresarial. Quienes dominan el idioma logran entender mejor el contexto local, adaptan su discurso y proyectan profesionalismo y respeto cultural, algo que los socios brasileños valoran profundamente.


mapa do Brasil

En este escenario, las empresas chilenas que invierten en la formación lingüística de sus equipos comerciales y ejecutivos ganan una ventaja competitiva clara. El portugués deja de ser un “plus” para convertirse en una herramienta estratégica de negocios. Además, dominar el idioma facilita la participación en ferias internacionales, visitas a distribuidores y comunicación directa con clientes, sin depender de intermediarios.


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En un contexto donde Brasil se perfila como el motor del comercio regional, aprender portugués no es solo una inversión en capacitación: es una decisión estratégica para competir y crecer.


El idioma abre puertas, pero también construye puentes. Y en el mundo de los negocios, los puentes son los que marcan la diferencia.





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