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La Inteligencia Artificial y el Futuro de los Traductores

La Inteligencia Artificial y el Futuro de los Traductores

#Blog #Curiosidades #Inglés enero de 2025
Mujer aprendiendo españolPor Diego Ortiz - Coordinador de traducciones de ICBPor Diego Ortiz - Coordinador de traducciones de ICBPor Diego Ortiz - Coordinador de traducciones de ICBPor Diego Ortiz - Coordinador de traducciones de ICB

por Diego Ortiz: Coordinador de Traducciones de ICB.

La inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en que interactuamos con los idiomas.

Herramientas como Google Translate, DeepL y otras aplicaciones basadas en redes neuronales ya ofrecen traducciones instantáneas de calidad notable.
Sin embargo, se ha podido detectar algunas limitaciones como errores de contexto y falta de sensibilidad cultural.
Entonces nos preguntamos, ¿cuál será el nuevo desafío de los traductores humanos?
Atención: los traductores humanos no están desapareciendo, sino que están adaptándose. Más que realizar traducciones palabra por palabra, podríamos afirmar que su labor se está desplazando hacia:
  • La edición y revisión de los textos: el rol del traductor humano ha evolucionado hacia el de un post-editor, el que deberá contar con las siguientes habilidades específicas:
Identificación de errores sistemáticos: las máquinas suelen cometer errores recurrentes en construcciones gramaticales complejas o al traducir términos especializados. Por ejemplo, un texto médico generado por IA podría confundir terminología técnica si no está entrenado con datos específicos del sector.
Ajuste de tono y registro: la IA puede producir traducciones literales que no capturan el tono adecuado, como un mensaje corporativo que necesita formalidad o un eslogan que debe ser persuasivo. Consistencia terminológica: los traductores humanos deben asegurar que las palabras clave y el estilo permanezcan uniformes, lo cual es crucial en sectores como el jurídico, financiero y técnico.
  • Una traducción que requiere creatividad: la traducción creativa o “transcreación” es un área donde la IA todavía no puede competir con los humanos. Este proceso implica más que traducir palabras; se trata de adaptar mensajes para resonar emocionalmente con una audiencia específica. Algunos ejemplos incluyen:
Publicidad y marketing: un eslogan como “Just Do It” de Nike no se traduce literalmente. En su lugar, el traductor analiza cómo transmitir la esencia de la marca en otro idioma y cultura.
Literatura y contenido cultural: traducir novelas, guiones o poesía requiere interpretar metáforas, juegos de palabras y referencias culturales. Una IA puede proponer alternativas, pero carece de la sensibilidad necesaria para capturar intenciones artísticas profundas.
Medios digitales y entretenimiento: las subtitulaciones o doblajes de películas, series y videojuegos demandan creatividad para mantener la intención original mientras se adaptan a restricciones como el espacio o el tiempo.
¿Qué dicen los traductores humanos?
Algunos profesionales ven en la IA una herramienta complementaria que puede mejorar la eficiencia sin sustituir la labor humana.
Por ejemplo, Shuo Shuo Du, traductora de chino a japonés, afirma: “La traducción automática ha tenido un impacto en mi carrera profesional, pero creo que también ha mejorado la eficiencia e incluso la precisión de mi trabajo. En la actualidad, no puede sustituir a mi cerebro. La considero como mi asistente personal, me ayuda a ahorrar tiempo y me permite centrarme más en comprender el contenido”.
Juliana Santana, traductora de portugués a inglés comenta que sus clientes le han pedido ayuda con las traducciones realizadas por el ChatGPT: «Los documentos contenían algunos errores gramaticales y en varias ocasiones no reflejaban el real sentido de lo que se quería expresar. Era necesario darles forma y realizar una conexión coherente de las ideas.»
En resumen podemos concluir que la IA no elimina la necesidad de nuestros traductores humanos, sino que redefine su papel.
En lugar de competir, los traductores se posicionan como expertos en áreas donde las máquinas aún no logran alcanzar la profundidad y el entendimiento cultural necesarios.
La clave está en desarrollar habilidades complementarias, como la edición avanzada, la creatividad y la consultoría estratégica, que garanticen su relevancia en un mercado globalizado y digital.
¡Nos vemos!

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